Se pueden degustar multitud de
platos como sancochos de sábalo, de bocachico,
trifásico, de guandú, de gallina, de
costilla, de rabo, de mondongo, de fríjoles (cabecita
negra, Zaragoza), mote
de queso, rundown; pescados como la mojarra, el bocachico,
el sábalo, el lebranche, el pargo, la sierra, el chivo; mariscos como el
camarón, langosta, langostinos, ostras, chipichipi; la carne en posta, guisada,
asada, puyada; el chicharrón; animales de monte
en distintas preparaciones como el chivo, carnero, icotea, ñeque, guartinaja,
pisingo, mono, armadillo, tortuga, tapir, venado, saíno; el friche; el ñame; la butifarra; todo tipo de arepas, entre las que sobresale
la arepa
de huevo; la carimañola; las empanadas, entre las que
sobresale la empanada con huevo cartagenera; la hallaca y el pastel (de arroz); el patacón; los buñuelos de frijol cabecita negra, los bollos de maíz, de angelito, de yuca y de
plátano; los diabolines, las almojábanas, los queques, el quibbe, la tajada de
plátano maduro frita, el queso
costeño, el suero
atollabuey. Entre las bebidas, refrescos de frutas frescas
como anón, corozo, guanábana, mango, marañón, tamarindo, guayaba, zapote,
níspero, el boli, el agua de panela con limón, el agua de arroz, el agua de
maíz, entre otros. Arroces de coco, de lisa, de pollo, de fríjol cabecita
negra, blanco, de fideos, de chipichipi y el cucayo. Dulces como la
alegría, el caballito, el enyucado, las cocadas, de icacos, de batata, la
arropilla. Los rasguñaos (dulces a base de frutas y legumbres) son consumidos
en mayor cantidad en la Semana
Santa, especialmente en el Atlántico.